sábado, 14 de junio de 2014

Personajes Patanes Mayolas y Pugès: dos patanes al precio de uno



La competencia por figurar en nuestro listado de patanes es dura, cerrada. Muchos son los candidatos, esquivos al cálculo como la arena de la playa. Por esa razón cooptamos a dos de ellos en esta nueva entrega. Son Pep Mayolas, fistro-historiador catalanista adscrito a la escuela del inefable Jordi Bilbeny, y Pere Pugès, supuesto arquitecto con cargo relevante en la ANC, la entidad que dirige Carme Forcadell y que marca la agenda del gobierno separatista de Artur Mas y de nuestro Frente Nacional autóctono (partidos, sindicatos, medios de comunicación y entidades variopintas, todos ellos generosamente subvencionados). Los patanes, como las setas en otoño, proliferan de lo lindo.

Los méritos de Mayolas son incuestionables. Sostiene el interfecto que Erasmo de Rotterdam era, cómo no, catalán. Será porque el título de su ensayo más conocido, Elogio de la locura, es la mar de descriptivo y le va a la actualidad política local como anillo al dedo. Mayolas afirma que Erasmo fue hijo de Colón, átame esa mosca por el rabo. Nada menos que Hernando Colón (que en la intimidad se haría llamar Ferrán). No olvidemos que su guía espiritual, el bueno de Bilbeny, ya transitó esa misma senda al proclamar la catalanidad sin mácula (ocho apellidos catalanes) del conocido erróneamente por almirante genovés, que no zarpó de Palos, sino de la playa de Pals, en el Ampurdán.

Y de oca en ocaPere Pugès, que ocupa el cargo de Relaciones Públicas de la ANC, dice ser arquitecto aunque no está colegiado. Las finanzas siempre se le han dado de fábula, como ya demostró en su eficiente desempeño como tesorero del BEAN, que no del irrepetible Míster Bean, encarnado por el actor Rowan Atkinson, sino del Bloc d’Esquerres d’Alliberament Nacional, donde dejó un pufo considerable. Luego pasó al PSC de Sant Boi, partido del que conserva el carné, según ha declarado. Se le conoce una cierta, o mejor, incierta actividad empresarial en asesoría inmobiliaria, siendo requerido en reiteradas ocasiones por Hacienda porque su afán por la tributación legal y ordenada es francamente mejorable. Pugès, sin duda, es ese gran arquitecto, Gaudí a su lado un simple delineante, que reclama un reto de la enormidad de la construcció nacional de Catalunya. El edificio en sus manos es un fortín a prueba de terremotos.

Despacho de última hora.- Al dúo referenciado, no hay dos sin tres, se une para formar una terna soberbia, un triunvirato patánico excepcional, Víctor Cucurull, otro fistro-historiador, también de la ANC, refugio de patanes sobresalientes. Cucurull nos sorprende con un sensacional hallazgo: Teresa de Ávila no era abulense, sino catalana de socarrel, e Ignacio, fundador de los jesuitas, no era de Loyola, sino de Orihuela (provincia de Alicante y, por ende, de los así llamados Països Catalans). A buen seguro la santa del misticismo entraría en una suerte de éxtasis levitatorio si supiera de las extravagantes averiguaciones del personaje. En la ANC ya no caben más botarates. Carme Forcadell tiene un imán para atraerlos. ¿Quién da más? ¿Cuál será la próxima gansada?... Hagan sus patánicas apuestas…

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