miércoles, 30 de julio de 2014

Xavier Sala i Martin - Personaje Patán



Con gran dolor de nuestros atribulados corazones, ponemos fin a la presencia del europatán Raül (con diéresis) Romeva, en esta galería de patanes ilustres, uno de sus más célebres inquilinos. Comoquiera que no es fácil llenar el hueco dejado por su marcha, presentamos aquí a otro prohombre de la patria cuya patanería trasciende nuestras fronteras. Nos referimos al eminente economista Xavier Sala i Martin. Hay que decir que, aunque su nacionalidad actual es la estadounidense, también es nuestro, pues nació en Cabrera de Mar en 1962, y no estamos dispuestos a cederlo a otros alegremente, sin batirnos por él a brazo partido. No en vano, Sala i Martin es un fervoroso paladín del desafío separatista capitaneado por Artur Mas. 

Nada impide que un gran arquitecto o un actor de fama internacional sean unos auténticos patanes en su vida privada y pública y se apunten a las causas más descerebradas. Los peores regímenes y las ideas más descabelladas han contado siempre con el respaldo de intelectuales y académicos de reconocido prestigio. En el caso de Sala i Martin, contrariamente a lo que pudiera parecer, su especialidad no es la moda, la exhibición de americanas de llamativos colorines, materia en la que rivaliza con el payaso de Micolor de los anuncios de la tele, sino la economía, en particular desde una perspectiva neoliberal que imparte con sus lecciones magistrales en la Universidad de Columbia.

Otros desempeños le adornan, como la tesorería del FC Barcelona que ocupó durante el mandato del ultranacionalista Jan Laporta (ultra a secas en sus años mozos, cuando desposó a la hija del presidente de la Fundación Francisco Franco), donde pudo aplicar sus extensos conocimientos macroeconómicos… aunque no parece que legara a su sucesor en el cargo unas cuentas especialmente saneadas. También ha sido Sala i Martin un admirador confeso y entusiasta de la gestión política, marcada por un acendrado liberalismo, de Esperanza Aguirre, cuando ésta presidía la Comunidad de Madrid, y no dudaba en fotografiarse a su lado constantemente.
Pero su gran aportación, y más reciente, a la omnipresente fiebre separatista ha consistido, además de en difundir con toda suerte de mentirijillas el bulo de las balanzas fiscales, más infladas que su propio ego, en equiparar públicamente a la ya princesa Leonor con Regan, la famosa niña de cabeza giratoria interpretada por Linda Blair en la excepcional y legendaria cinta de terror El Exorcista, todo un clásico del género.

Es sabido que el nacionalismo aborigen gusta de usar a menores de edad para difundir sus mensajes, para el adoctrinamiento intensivo en la escuela y a través de la programación infantil de las teles locales, en la misma medida que otros los usan como escudos humanos o para dar satisfacción a sus infames perversiones. El patán de Sala i Martin no ha encontrado mejor cauce para la fluencia de su odio y de su mala baba que meterse con una criatura de 8 años. Qué valiente…    

domingo, 13 de julio de 2014

Personaje patán Raül Romeva: europatán



Este comentario, dedicado a Raül Romeva, con diéresis en la “u”, es un homenaje a su brillante trayectoria. El eurodiputado saliente de ICV ha protagonizado melonadas soberbias, pero lo mejor que se puede decir de él es que su desempeño en la eurocámara ha mantenido una línea constante, sostenida, lo que denota esfuerzo y tenacidad. Romeva no es el patán estridente al uso. Nada que ver con alguno de los zafios especímenes que han figurado en esta galería. En sus modales contenidos, en su melifluo y empalagoso tono de voz, en sus llamamientos constantes a la paz y concordia universales, o en sus lentes de diseño de progre de manual, que compran todos los dirigentes de ICV en la misma óptica, se aprecia un estilo aseado que puede distraer al observador, si no anda avisado, de la atorrante bobería que esconde el personaje.

Ante Raül Romeva, nos quitamos el sombrero. Nacido en Madrid, pues los patanes, como los bilbaínos, nacen donde quieren, no ha tenido suficiente con cultivar su patanismo en clave doméstica y por esa razón marchó allende nuestras fronteras para exponer sus gazmoñerías a escala continental. Romeva ha trascendido los encorsetados márgenes de la patanería aborigen para ingresar en la casta selecta del eurobotarate, reservada a muy pocos. Recordaremos siempre, con nostalgia, el episodio sublime de su airada protesta por el sobrevuelo de la comarca del Ripollés de un par de caza-bombarderos del arma de Aviación. El interfecto puso el grito en el cielo. Aquello fue, bramó Romeva, un acto de guerra que daba pie a la enésima invasión española, esta vez celeste, del solar patrio. Tamaña provocación debía ser condenada sin ambages por la UE, y el agresor, España, expulsado sin miramientos de los foros internacionales.

Romeva responde al prototipo de tonto útil del nacionalismo. Fiel a las consignas de su partido, aplaude la quermés separatista promovida por CiU desde el poder regional. Antaño eran los comunistas quienes reclutaban para su causa, con dolo, mentirijillas y la excusa del pacifismo en la Europa de entreguerras, a intelectuales y artistas célebres, a quienes Múnzenberg (*), el principal agitador al servicio de Stalin, llamaba tontos útiles. Pero las cosas han cambiado, y aquí y ahora son la gente de izquierdas los tontos útiles del nacionalismo discriminador, y su coartada perfecta para publicitar la bondad y transversalidad social de sus maniobras y proyectos excluyentes.

Raül Romeva no repite eurolegislatura. Abandona su acta de eurobotarate. Es la hora del adiós y su marcha nos llena de consternación. Vendrán otros, es cosa segura, que nos darán días de gloria. Pero… ¿Llenarán el hueco que el europatán-Romeva deja en nuestros atribulados corazones?

(*) Ver El fin de la inocencia, de Stephen Koch. Tusquets Editores.