
Los méritos
de Mayolas son incuestionables. Sostiene el interfecto que Erasmo de Rotterdam
era, cómo no, catalán. Será porque el título de su ensayo más conocido, Elogio de la locura, es la mar de descriptivo y le va a la actualidad
política local como anillo al dedo. Mayolas afirma que Erasmo fue hijo de
Colón, átame esa mosca por el rabo. Nada menos que Hernando Colón (que en la
intimidad se haría llamar Ferrán). No olvidemos que su guía espiritual, el bueno
de Bilbeny, ya transitó esa misma senda al proclamar la catalanidad sin mácula
(ocho apellidos catalanes) del conocido
erróneamente por almirante genovés, que no zarpó de Palos, sino de
la playa de Pals, en el Ampurdán.
Y de oca en oca… Pere Pugès, que ocupa el cargo de
Relaciones Públicas de la ANC, dice ser arquitecto aunque no está colegiado.
Las finanzas siempre se le han dado de fábula, como ya demostró en su eficiente
desempeño como tesorero del BEAN, que no del irrepetible Míster Bean, encarnado por el actor Rowan Atkinson, sino del Bloc d’Esquerres d’Alliberament Nacional,
donde dejó un pufo considerable. Luego pasó al PSC de Sant Boi, partido del que
conserva el carné, según ha declarado. Se le conoce una cierta, o mejor, incierta actividad empresarial en
asesoría inmobiliaria, siendo requerido en reiteradas ocasiones por Hacienda
porque su afán por la tributación legal y ordenada es francamente mejorable.
Pugès, sin duda, es ese gran arquitecto, Gaudí a su lado un simple delineante,
que reclama un reto de la enormidad de la construcció
nacional de Catalunya. El edificio en sus manos es un fortín a prueba de
terremotos.
Despacho de última hora.- Al dúo referenciado, no hay dos sin
tres, se une para formar una terna soberbia, un triunvirato patánico
excepcional, Víctor Cucurull, otro fistro-historiador, también de la ANC,
refugio de patanes sobresalientes. Cucurull nos sorprende con un sensacional
hallazgo: Teresa de Ávila no era
abulense, sino catalana de socarrel,
e Ignacio, fundador de los jesuitas, no era de Loyola, sino de Orihuela
(provincia de Alicante y, por ende, de los así llamados Països Catalans). A buen seguro la santa del misticismo entraría en
una suerte de éxtasis levitatorio si supiera de las extravagantes
averiguaciones del personaje. En la ANC ya no caben más botarates. Carme
Forcadell tiene un imán para atraerlos. ¿Quién da más? ¿Cuál será la próxima
gansada?... Hagan sus patánicas apuestas…